Alteraciones en el sueño un problema más frecuente de lo que creemos. 

Las alteraciones del sueño suelen ser un problema bastante frecuente en bebés y niños más mayores, ya que a esas edades están aprendiendo a regular su estado de sueño-vigilia. Antes de hablar de alteraciones del sueño en bebés, nos gustaría explicar a grandes rasgos cómo se regula el cuerpo para dormir.

mujer intentando dormir

¿Qué es el sueño? 

Los estados de sueño y vigilia están orquestados, principalmente, por la hipófisis y por el sistema nervioso autónomo. La hipófisis es una glándula que está en el centro de la cabeza, más concretamente en una parte llamada «silla turca«, y se encarga de producir una hormona llamada melatonina, que induce al sueño. Por otra parte, está el sistema nervioso autónomo, que es una parte del sistema nervioso de la cual no somos conscientes, y que se encargan de regular todas las funciones del cuerpo: los latidos del corazón, la respiración, los movimientos del sistema digestivo… Esta parte del sistema nervioso se divide, a grandes rasgos, en tres partes:

  • Sistema nervioso simpático, que es el que nos prepara para la acción.
  • Sistema nervioso parasimpático, que es el que nos prepara para la relajación.
  • Sistema nervioso entérico, que es un sistema propio del aparato digestivo, que permite sus movimientos propios para la digestión, absorción y eliminación de nutrientes.

La hipófisis depende, por tanto, de este sistema nervioso autónomo, porque regula sus funciones y, para segregar melatonina e inducir al sueño, necesita más presencia del sistema nervioso parasimpático. Con el ritmo de vida que llevamos, el sistema nervioso parasimpático no está muy presente a la hora de irnos a dormir, por lo que puede dificultar que el bebé pueda conciliar el sueño.

Por lo tanto…¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestro bebé a dormir? Estos son algunos tips para crear un ambiente que induzca a la relajación:

niño durmiendo
  • Incluir a la familia: el sistema nervioso del bebé no es capaz de autorregularse solo, por lo que se regula a través del sistema nervioso de la familia. Si la familia tiene un momento para relajarse e inducir a su propio sueño, ayudará que el bebé este más tranquilo y pueda dormir mejor.
  • Luces tenues: las pantallas y las luces fuertes hacen que el cerebro crea que es aún de día y no induzca al sueño. Es beneficioso tener luces muy tenues, intentar no encender la luz cuando el bebé se despierte y limitar las pantallas unas dos horas antes de irse a dormir, tanto para los bebés como para la familia.
  • Baño caliente: ayuda mucho dar un baño caliente con un posterior masaje y movilizaciones suaves, para relajar al bebé e inducir al sueño.
  • Lactancia materna: ¿Sabías que por la mañana la leche materna tiene más cortisol y por la noche más melatonina? Si tienes un sacaleches y le das leche de por la mañana a la noche, el bebé tendrá más cantidad de cortisol y, hasta que no gaste ese cortisol, no se dormirá. Tener eso en cuenta puede hacer que tu bebé duerma mejor.
  • Cenar temprano: en niños más mayores, cenar temprano, como dos horas antes de irse a dormir, hace que la calidad del sueño mejore.

Si aún haciendo todo esto, al bebé le cuesta dormirse, puede que haya algún tipo de tensión membranosa y estructural alrededor de la hipófisis, que puede hacer que su función se vea alterada. Estas tensiones pueden producirse en partos largos o complicados, o también si el bebé se ha quedado en una misma posición mucho tiempo antes de nacer. Y ahí es cuando la fisioterapia pediátrica puede ayudar a las familias a mejorar la calidad del sueño de los bebés y de su alrededor.